No era la primera vez que la veía llorar, se la pasaba llorando si le decías algo hiriente, cortante, cruel...como cualquier mujer lo hubiera hecho. Ella no era especial, la detestaba, tan común y con un sentido tan conformista de vivir…aún así se lo dije.
- No pierdas tu entusiasmo…- susurré
- Es que he perdido mi sonrisa – Contestó entre sollozos, mis intentos de decir algo conmovedor para consolarla fueron en vano.
- Pero…tu sonrisa es tuya y de nadie más , no digas eso..- desvié la mirada molesta, pero tratando de ser paciente.
- No lo entiendes… - No,…no lo entendía pero daba mi esfuerzo en poder hacerlo.
- Yo…
- ¿Sabes por que te sientes vacía?...por que de nada sirve ser amada por mucha gente si no amas a nadie. – Cuando me dijo eso, sentí que había fracasado como amiga ,puesto que ella no me consideraba alguien apta para ayudarla , termine sintiéndome mal yo , ahora estaba confundida.
Entonces sentí un raro dolor en el pecho, que yo supiera que estaba vacía era una cosa, pero que otras personas me lo dijeran, hacia que doliera más.
CAPITULO 1. Remembranza.
¿De dónde venia yo? De una ciudad pequeñita, pequeñita…lo suficientemente acorde al tamaño y población para llamarla ciudad , ni tan extensa, ni tan diminuta.
Hacia lo que cualquier niña de mi edad hace: jugar, jugar y divertirme. A mis doce años de edad no podía hacer otra cosa, siendo que mi única diversión era escribir palabras sobre una hoja de papel y dibujar objetos y criaturas.
Aún recuerdo aquellos libros que me daban en la escuela, siempre tenían cuentos y cuando aprendí a leer, siempre los leía una y otra vez, ¡ah! Lo cuentos, ¡Las historias! . Me encantaba, pero…la realidad no puede ser como ellos, lo sabia…aunque era una niña y parte de mi quería creer en esa magia , también entendía que no era real…la gente decía que era demasiado madura para la edad que tenia por el simple hecho de no hacer lo que los demás niños, por interesarme en la lectura, jamás quise ser diferente pero con el tiempo se hizo algo inevitable para mi.
Recuerdo que una vez me encontré con un vagabundo cuando iba camino a casa de la primaria, me decía que lo único que no se debe perder en la vida es el entusiasmo por vivir, por que dicha característica le daba a tu persona una esencia, y la esencia es lo único que podrías tener seguro en la vida. Dijo algo parecido a : “ Si tu pierdes tu entusiasmo,pierdes tu esencia , y sin ella…definitivamente serás una persona perdida” Cuando a una persona le gusta comer arroz y come mucho arroz, si a esta de verdad le gusta tal y como dice, seguirá comiendo y siempre querrá mas arroz ,pero si un día se cansa del arroz, entonces el arroz no era lo que amaba tanto comer.
Yo quería explicárselo a ella, a ella que estaba llorando, pero creo que no lo entendió…o tal vez yo no se consolar…me hubiera gustado decir algo mas provechoso y como agradecimiento solo me sentí más vacía…
Continuará.
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